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Mujeres que tejen dignidad y esperanza

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Programa de empoderamiento económico y sororidad de mujeres jóvenes como estrategia de prevención y protección frente a la violencia, de Pastoral Social - Cáritas Bolivia.


Programa Empoderamiento económico y sororidad de mujeres jóvenes como estrategia de prevención y protección frente a la violencia, de Pastoral Social - Cáritas Bolivia.

En los pliegues de la geografía boliviana, donde la vulnerabilidad social se entreteje con historias de resiliencia, la Pastoral Social Cáritas Bolivia impulsa el programa "Empoderamiento económico y sororidad de mujeres jóvenes como estrategia de prevención y protección frente a la violencia", que da vida a un movimiento de transformación social con mujeres jóvenes. Desde 2023, esta iniciativa no solo desafía las estructuras tradicionales de asistencia social, sino que dibuja un nuevo concepto de empoderamiento femenino.


La misión es audaz y profundamente humana: promover la dignidad no como un concepto abstracto, sino como una realidad tangible y vívida. Se trata de un camino de sororidad que trasciende la mera ayuda económica para convertirse en un proceso de reconstrucción personal y colectiva.


Contexto de la violencia contra las mujeres en Bolivia, un diagnóstico que va más allá de los números

Bolivia arrastra una dolorosa herencia de violencia estructural contra las mujeres, especialmente entre los 18 y 30 años, un periodo crítico de definición personal y proyección vital. Las estadísticas no son simples números: representan historias interrumpidas, sueños fragmentados, potenciales silenciados.


Las cifras de violencia contra las mujeres en Bolivia revelan una alarmante realidad social: en 2023, el país registró 127 feminicidios y 355 intentos de cometer este delito, mientras que en el departamento de La Paz se contabilizaron 32 feminicidios. Según datos de la Fiscalía General del Estado y el Observatorio de Género de la Coordinadora de la Mujer, estas estadísticas se complementan con 661 casos de violencia sexual a nivel nacional y aproximadamente 180 en La Paz.


De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE), Bolivia cuenta con una población total de 12.223.820 habitantes en 2023, de los cuales aproximadamente 6.191.196 son mujeres, representando el 50,6% de la población total. Estas cifras demográficas contextualizan la magnitud de la violencia de género, evidenciando que es un problema estructural que afecta a más de la mitad de la población boliviana, exigiendo atención inmediata, políticas públicas efectivas y un compromiso social profundo para revertir esta crítica situación.


“El programa de Empoderamiento económico y sororidad nace como una respuesta integral a esta realidad. No se trata solo de generar ingresos, sino de desmantelar los sistemas de opresión que perpetúan la vulnerabilidad. Cada estrategia, cada intervención, busca reconstituir la autonomía de las mujeres jóvenes”, asegura Andrea Vargas, técnica de programa en género en la Pastoral Social - Cáritas Bolivia.


Génesis del programa. Cartografiando lo invisible 

Tomás Ribera, coordinador nacional del Programa de Economía Solidaria en Pastoral Social - Cáritas Bolivia, recuerda el momento fundacional del proyecto con una mezcla de pasión y memoria: "Visualizamos un territorio invisible: esas zonas periféricas donde la pobreza no solo es económica, sino también de oportunidades y reconocimiento".


La mirada estaba puesta en las jóvenes que el sistema había relegado: aquellas que abandonaron la escuela por violencia familiar, por necesidad económica, por la suma de opresiones que se entrelazan silenciosamente. 


Tomás Ribera rememora que “al iniciar la fase de diseño del programa, queríamos llegar a esas zonas periféricas marginales de la ciudad de La Paz porque la mayoría de los programas que llegan, a través de ONG y fundaciones, se enfocan en el municipio de El Alto, donde hay mucha pobreza, pero no llegan a las laderas de La Paz. Por eso queríamos llegar justamente con este programa a aquellas mujeres jóvenes, muchachas que estaban en situación de violencia, que no habían terminado el colegio y que lo habían abandonado por diversos problemas personales; o a quienes habían terminado la secundaria, pero no habían tenido nunca la oportunidad de capacitarse técnicamente por falta de recursos".


La primera convocatoria fue un acto de esperanza colectiva. A través de redes sociales y alianzas comunitarias, 128 mujeres de cinco macrodistritos de La Paz respondieron al llamado. No era una invitación a ser asistidas, sino a ser protagonistas de su propia transformación.


Esta siembra de esperanza tuvo, desde el inicio, el apoyo de MariaMarina Foundation, cuya confianza y compromiso hicieron posible transformar sueños en realidades. Gracias a su respaldo, cada mujer que responde al llamado descubre su fuerza, reconstruye su camino y se convierte en protagonista de un cambio que, seguramente, trascenderá generaciones.

Programa Empoderamiento económico y sororidad de mujeres jóvenes como estrategia de prevención y protección frente a la violencia, de Pastoral Social - Cáritas Bolivia.

Tejiendo redes de sororidad

Lo más revolucionario del programa no fue su diseño inicial, sino la red de solidaridad que lo sostiene. Más de 15 organizaciones se unieron no como simples colaboradoras, sino como tejedoras de un mismo sueño. Desde FMK, Visión Mundial, SOS, Save The Children, Maya Paya Kimsa, ENDA, CEMSE, PRO MUJER, Policía (Unidad de Género) (FELCV), IJM, SEPAMOS, Dirección Plurinacional de juventudes, CEA Señor de la Sentencia, CEP Bicentenario A, cada institución generó compromisos y sumó esperanzas.


Andrea Vargas describe este proceso como "una alquimia de voluntades". Cada organización trajo su experiencia específica, creando un ecosistema de apoyo que va mucho más allá de la intervención tradicional.


Para apoyar el proceso de formación, el equipo de Cáritas Bolivia diseñó e implementó un material pedagógico que serviría de soporte para los grandes frentes del programa. Así, el componente de formación contaba con dos cartillas: una de empoderamiento económico y otra de empoderamiento personal


Y para garantizar aún más las posibilidades de apoyo a las jóvenes en temas de protección y jurídicos, se logró establecer alianzas con los gobiernos municipales de La Paz, Coroico, Caranavi y Patacamaya, así como con la Secretaría de Educación y Desarrollo Social, la Secretaría de Desarrollo Económico y con la Agencia Bien Común. 

Programa Empoderamiento económico y sororidad de mujeres jóvenes como estrategia de prevención y protección frente a la violencia, de Pastoral Social - Cáritas Bolivia.

Metodología GAM: un abrazo colectivo de transformación

La integración de la metodología GAM - ¡Mujer, no estás sola!, en 2024, con el apoyo de CRS, marcó un punto de inflexión en el programa. Estefany Navarro, llegada desde México en abril, realizó la transferencia metodológica a 30 mujeres capacitadoras de diferentes sedes de Cáritas en La Paz, Coroico, Caranavi y Patacamaya.


El programa, con la integración de la metodología GAM, se convirtió en un abrazo colectivo que permitió a cada mujer reconectar con su potencial interior y fomentar la creación de grupos de apoyo de mujeres, así como la elaboración de un itinerario de formación que se convierte en un camino de sanación para que ellas mismas emprendan un proceso personal de transformación.


La metodología GAM - ¡Mujer, no estás sola! brinda un acompañamiento profundo que trasciende la asistencia tradicional. Su alcance es multidimensional: atiende casos de violencia de género en sus niveles primario, secundario y terciario, utilizando un enfoque vivencial y psicosocial integral.


Implementada ya en diversos países de América Latina como Argentina, Bolivia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México y República Dominicana, la metodología GAM se distingue por su capacidad de tejer redes de apoyo y reconstrucción personal. Andrea Vargas profundiza sobre el alcance de su implementación: "Trabajamos con estas mujeres en prevención y protección frente a la violencia, reconociendo que la mayoría ha experimentado alguna forma de violencia en su vida". El proceso no se limita a identificar problemáticas, sino a construir estrategias de empoderamiento y sororidad.


Los resultados hablan por sí mismos. En una primera fase, la metodología GAM se transfirió a las 128 jóvenes vinculadas al Programa. En la segunda fase, en 2024, ellas fueron las encargadas de liderar la transferencia de esta metodología a otras 371 mujeres jóvenes. En La Paz se han constituido cuatro grupos GAM, expandiéndose a otras regiones como Coroico, Caranavi y Patacamaya, totalizando ocho grupos de apoyo mutuo.


Tomás Ribera destaca un elemento crucial: "Esto no termina cuando finalizan los talleres. Los grupos continúan reuniéndose, compartiendo, capacitándose y fortaleciéndose mutuamente". Es un proceso vivo, en constante evolución, donde la sororidad se convierte en el principal instrumento de transformación social.


Andrea Vargas destaca que uno de los frutos más visibles del programa “Empoderamiento económico y sororidad de mujeres jóvenes como estrategia de prevención y protección frente a la violencia" es el tema de la sororidad y las redes de apoyo, porque les da herramientas a las jóvenes para expresar oportunamente las situaciones difíciles que les pasan y, ahora, entre ellas, tienen una sólida red de apoyo, de acompañamiento, de escucha y también de acción. “Ya saben también a quién avisar, ya tienen claras las rutas para preservar sus derechos, cuidar su vida y cuidar sus emociones. El tema de la autoestima y el poder reconocerse como mujeres capaces de hacer lo que quieran hacer y de tomar las decisiones", añade.


El GAM ha sido una parte muy grande en mi vida. Me ha ayudado mucho en descubrir el poder del abrazo, a ser más cariñosa y descubrir saber que hay mucha gente que te admira y te quiere o que tú vas a llegar a admirar por muchas cosas que les ha llegado

a pasar o les está pasando. 

Entre todas nos apoyamos, es algo maravilloso. La experiencia fue soltarte de emociones que yo no sabía cómo manejar y reconocer que ahora puedo brindar cariño a otras personas que lo necesitan.

Para mi emprendimiento de costura, la Pastoral Social me ha ayudado, me ha asesorado a través de personas que conocen de este oficio y con capacitaciones para ir mejorando en mi técnica y en las estrategias de comercialización. A futuro me veo con una máquina de coser mejor y con un nombre más reconocido y logre sacar adelante

mis metas y mis objetivos.

Lita Tiza Villegas Millares, mujer participante de GAM.


Programa Empoderamiento económico y sororidad de mujeres jóvenes como estrategia de prevención y protección frente a la violencia, de Pastoral Social - Cáritas Bolivia.

Emprendimientos que transforman realidades y alimentan nuevos futuros

Tomás Ribera menciona que el empoderamiento personal es un semillero para los emprendimientos y las inserciones laborales siguientes. "De este proceso de empoderamiento personal a través del GAM, hacemos una convocatoria a los emprendimientos y justamente estas muchachas, que al inicio estaban muy confundidas, ahora se les nota más empoderadas, así que están ya listas para el siguiente paso, que es el de los emprendimientos", explica Tomás.


En el programa, la fase de capacitación técnica brinda herramientas prácticas a las jóvenes para identificar sus potencialidades y visualizar sus emprendimientos. Para ello, Cáritas Bolivia y las organizaciones aliadas bridan capacitación en cotillonería, clínica de ropa, peinados, repostería, gastronomía, economía verde (plantas), maquillaje profesional, uñas acrílicas, cuidado de niños y adultos mayores y contabilidad, con un complemento conceptual en temas como educación, características del emprendimiento personal, ética del carácter, empleabilidad, visión global del negocio y planes de negocio, lo que les entrega a las jóvenes muchas herramientas.


Cada emprendimiento se convierte en una metáfora viva de resiliencia y creatividad. En 2024 fueron acompañadas 29 iniciativas, como pequeños universos de posibilidad que abrazan a 33 mujeres que tejen sus sueños con hilos de autonomía económica y dignidad.


"Construimos estos emprendimientos centímetro a centímetro, con la paciencia de quien siembra un jardín", cuenta Tomás con la mirada brillante de quien conoce el valor de cada semilla. Los territorios se despliegan en una cartografía de esperanza: en La Paz, las ideas de emprendimiento de las mujeres van desde la gastronomía, repostería, costura y artesanía en un vasto tejido que se entrelaza como un mosaico de saberes femeninos. En los paisajes rurales, otros emprendimientos germinan: café con aroma a libertad, miel que destila resistencia, apicultura que celebra la comunidad, y humus de lombriz que simboliza la transformación constante.


Cada emprendimiento representa una inversión de 4.000 bolivianos —aproximadamente 600 dólares— pero su valor real es incalculable. No son proyectos de mera supervivencia, sino arquitecturas de futuro. "No queremos que las ganancias se consuman en la inmediatez, buscamos construir un proceso de ahorro, de proyección, de dignificación", enfatiza Tomás. 


Los talleres de autocuidado y defensa personal han añadido otra dimensión a estos emprendimientos. No son solo iniciativas económicas, sino espacios de reconstrucción integral donde cada mujer aprende a protegerse, a valorarse, a reimaginarse.


Desde las instituciones municipales, estos emprendimientos comienzan a dibujar nuevas narrativas. Ya no son solo historias de vulnerabilidad, sino programas políticos de transformación social donde cada mujer se convierte en protagonista de su propio desarrollo.


Las fronteras entre lo personal y lo colectivo se difuminan. Cada emprendimiento es un acto de resistencia, cada producto un manifiesto de dignidad, cada intercambio comercial una declaración de sororidad.

Programa Empoderamiento económico y sororidad de mujeres jóvenes como estrategia de prevención y protección frente a la violencia, de Pastoral Social - Cáritas Bolivia.

Soy emprendedora y tengo una marca de confecciones que se llama Watermelon.

El proyecto me ayudó demasiado, ayudándome a conocerme mejor desde el aspecto psicológico y a m ejorar mi forma de expresarme.

Yo tengo este emprendimiento desde hace cinco años y lo poco que sabía, lo obtuve por mis propios medios, pero Cáritas Bolivia me permitió tener conocimientos sobre finanzas, también del manejo de los productos y del marketing y también a tener mejores estrategias en cómo emprender y cómo sacar adelante mi marca.

El tener este apoyo me ha enseñado demasiadas cosas y ahora siento que tengo más y mejores herramientas para sacar adelante esta empresa.

De verdad siento que me ha ayudado demasiado.

Sandy Vanesa Quispe Mamani, mujer participante de GAM.


Impactos, más allá de las cifras

Detrás de cada número hay una historia humana. 47 jóvenes han encontrado inserción laboral. 371 han participado en procesos de formación. 18 ferias de emprendedoras han visibilizado su trabajo.


Pero los números no cuentan toda la historia. Son los relatos personales los que revelan la verdadera profundidad de la transformación: mujeres que han roto ciclos de violencia, que han recuperado la confianza, que han comenzado a soñar en colectivo.


Un horizonte de posibilidades

Para 2025, el programa no busca expandirse cuantitativamente, sino profundizar cualitativamente. "Queremos llegar a aquellas mujeres jóvenes que aún no nos han encontrado. La estrategia será territorialmente situada, trabajando directamente en las comunidades más marginadas”, concluye Tomás Ribera.


La visión es radical: no se trata solo de empoderar mujeres, sino de reimaginar los sistemas sociales que perpetúan la desigualdad.


Lo que Cáritas Bolivia ha construido va más allá de una intervención social. Es un movimiento de reconstrucción social, un tejido de esperanza que redefine lo posible.


Inspirados por la visión del Papa Francisco de una economía al servicio de la justicia, el programa "Empoderamiento económico y sororidad de mujeres jóvenes como estrategia de prevención y protección frente a la violencia", proclama una verdad fundamental: el desarrollo no se mide por indicadores económicos, sino por la capacidad de cada ser humano de vivir con dignidad.

En las periferias de la ciudad de La Paz, en los corazones de estas mujeres jóvenes, late una revolución silenciosa pero imparable. Una revolución de sororidad, de esperanza, de transformación profunda.

El Programa Economía Solidaria a través del proyecto Empoderamiento económico y sororidad de mujeres jóvenes como estrategia de prevención y protección frente a la violencia, fortalece a las mujeres en su empoderamiento personal mediante la metodología Grupos de Apoyo de Mujeres GAM para una vida libre de violencias - Video del canal de YouTube de Pastoral Social Cáritas Bolivia



 

 Textos: Carlos Henao - FICONPAZ

Fotografías: Pastoral Social - Cáritas Bolivia

2025

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